En 1934, a sus 13 años, decidió entrar al mundo del periodismo y empezó como encargado de fundir las barras de plomo para los linotipos, cuando los periódicos se armaban con letras de ese metal.
Durante su carrera ha cubierto las épocas más fuertes de nuestro país, entre otros el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán en 1948, la formación de guerrillas y apertura del conflicto armado colombiano en los años 60, la guerra terrorista del narcotráfico contra El Espectador y el asesinato de su director, don Guillermo Cano en el año 1986. Por todo esto, el ‘Mono’ Salgar, como lo llaman sus amigos más cercanos, es considerado uno de los padres del periodismo colombiano.
Tiene el título de ser el maestro del Nobel de literatura Gabriel García Márquez, cuando ingresó al diario en los años 50. García lo recuerda como la persona que direccionó sus aspiraciones periodísticas.
Salgar ha sido honrado con los máximos premios de la profesión: el premio Simón Bolívar, el premio CPB y el Cemex de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), a la vida y obra de un periodista; y el Mergenthaler de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). También es autor del libro "Coletilla al fin de siglo", que es un texto para las nuevas generaciones de periodistas que relata sus experiencias en El Espectador; fue lanzado en 1999 por el fondo de publicaciones de la Universidad Sergio Arboleda, en donde fue decano para la Facultad de Comunicación Social y Periodismo.
Julián Martínez Vallejo: ¿Cómo fue su llegada a El Espectador?
José Salgar: Yo soy el más antiguo de los periodistas del mundo, comencé a los 13 años. Era un muchacho que estaba comenzando a estudiar bachillerato y caí en el periodismo, esa es una historia que se ha contado mucho, Gabriel García Márquez la cuenta en sus memorias. Yo pase más de 70 años de trabajo en El Espectador. Toda la vida he estado allá y pasé la mayor parte de mi vida con Guillermo Cano.
J.M.V.: ¿Aún escribe la columna “El hombre de la calle”?
J.S.: Después de 40 años de estarla haciendo la suspendí cuando El Espectador se volvió semanario y dije que la reanudaría cuando fuera diario, después resolví continuarla y la estoy escribiendo en este momento sobre temas de actualidad con el mismo nombre de “El hombre de la calle” los sábados en El Espectador, ahora que ha vuelto a ser diario.
J.M.V.: ¿Usted cuándo se conoció con Guillermo Cano?
J.S.: Cuando él estaba de estudiante en el Gimnasio Moderno yo ya era jefe de redacción de El Espectador, ahí nos conocimos. Él entró a mis órdenes como redactor y ahí comenzó. Después tuvimos 38 años continuos de trabajo hasta que él murió.
J.M.V.: ¿Cómo fue su relación con Guillermo Cano durante esos 38 años continuos de trabajo?
J.S.: Ni un sí, ni un no. De una amistad muy cordial, de una afinidad como periodistas muy grande y dos personas que siempre tuvieron una gran amistad y un gran profesionalismo.
J.M.V.: Don Guillermo Cano le hizo una dedicatoria a usted en una de sus editoriales el 31 de julio de 1983. Éstas fueron sus palabras:
"Escribo sobre José Salgar con un grado de admiración que se acerca muchísimo a la idealización del periodista perfecto. No en vano me ha tocado ser testigo de excepción de la mayor parte de su vida profesional y puedo dar fe y testimonio irrefutable de que como el Mono Salgar no hay dos ni ha habido dos en el periodismo colombiano. Se hizo a sí mismo, en todos los sentidos. Se educó, se capacitó, se perfeccionó por propio esfuerzo, sin ayuda externa, en razón de su inteligencia y del alma de periodista que nació con su alma.
Pero sobre todo, sin proponérselo, por inescrutable destino, se convirtió en maestro de periodistas. Son más los alumnos consagrados de José Salgar que trabajan en la prensa escrita, en la radio, en la televisión, en las revistas, en todo lo que tenga que ver con la ciencia de la comunicación de masas, que los egresados de las universidades. Abundantes testimonios darán fe de que no exagero". (El Espectador, 'Libreta de Apuntes', 31 de julio de 1983)
¿Usted qué hizo y qué le dijo a don Guillermo?
J.S.: Yo le agradecí mucho esa nota que se publicó como editorial de El Espectador cuando yo cumplí 50 años de trabajo en el periódico. Guillermo siempre fue muy particular conmigo y esa fue una muestra. Yo le di un abrazo muy fuerte. Me recuerdo con mucho cariño y muy agradecido de esas palabras.
J.M.V.: ¿Cuál es el recuerdo que más lo impacto el 17 de diciembre de 1986 cuando asesinaron a Guillermo Cano Isaza?
J.S.: Mi actitud fue únicamente encargarme de la edición del otro día. Yo lo único que hice fue retirar el editorial y poner en lugar del editorial una frase que decía: “Seguimos adelante”, y hemos seguido adelante. Con el ejemplo de Guillermo, El Espectador y su política editorial siguió adelante.
J.M.V.: Cuando hablaba con don Guillermo sobre el narcotráfico ¿Usted le llegó a aconsejar que no denunciara?
J.S.: No porque nunca sentimos la amenaza que hubo. Nunca creímos que se fuera a presentar eso.
J.M.V.: ¿Pero a usted no le parecía arriesgado lo que él escribía?
J.S.: No. Los periodistas siempre hemos sido amenazados pero nunca creímos que iba a pasar eso y nuestro deber era denunciar y decir la verdad.
J.M.V.: ¿Usted ha recibido amenazas de muerte?
J.S.: Sí muchas veces. Después de la muerte de Guillermo Cano, recibí frecuentes amenazas de asesinato por parte de “los extraditables”, los mismos que asesinaron a Guillermo.
J.M.V.: ¿Es necesario que un periodista oculte verdades por proteger su vida?
J.S.: El periodista debe estar por encima de todas las cosas, decirlas con valor y resistir las dificultades que tenga.
J.M.V.: ¿Así le implique la muerte?
J.S.: La muerte siempre ronda todo mundo, especialmente a los periodistas valientes.
J.M.V.: ¿Qué tipo de principios éticos debe tener un periodista para ejercer bien su profesión?
J.S.: Libertad de expresión y prensa y decir la verdad con valentía.
J.M.V.: Cambiando el tema ¿Cómo vivió los 100 años de El Espectador en 1987?
J.S.: Los 100 años los hice yo como codirector del periódico, celebramos trabajando muy bien, trabajando con el mismo empeño de siempre.
J.M.V.: ¿Cómo los hubiese vivido si don Guillermo hubiera estado vivo?
J.S.: Pues deacuerdo con él, hubiéramos compartido esa celebración los dos, como compartimos muchas otras.
J.M.V.: ¿Él antes de morir esperaba ese momento con ansias?
J.S.: Sí claro, él tenía muchas ansias y estaba preparando esa celebración.
J.M.V.: ¿Cuál es el mejor recuerdo de Guillermo Cano?
J.S.: Muchos, muchos durante tanto tiempo. No tengo sino buenos recuerdos de él, no tengo un sólo recuerdo malo. Todos son buenos, especialmente la emoción que él sentía cuando se hacia un buen periódico, entonces esa emoción la compartíamos siempre, y como tratábamos de hacer siempre un buen periódico, se repetía mucho.
J.M.V.: ¿Usted que opinó con la venta de El Espectador?
J.S.: No estuve deacuerdo porque se hubieran podido arreglar las cosas sin que la familia vendiera el periódico, pero el periodismo internacional ha venido cayendo y El Espectador cayó prematuramente. Pero tenía que caer de todas maneras porque el Internet ha sido una amenaza violenta sobre el periodismo escrito, los tiempos han cambiado y eso tenía que ocurrir.
J.M.V.: ¿Guillermo Cano lo hubiera vendido?
J.S.: Se hubiera opuesto, pero es posible que ante las circunstancias que ha tenido el periodismo internacional, él hubiera estado deacuerdo con su venta, así como pasó con El Tiempo.
J.M.V.: ¿Cómo le ha parecido la dirección de Fidel Cano Correa?
J.S.: Me parece que es una persona que está muy interesada, conoce mucho y tiene los que nosotros llamamos “el gusanillo periodístico” para tratar de hacer un periódico muy bueno siempre.
J.M.V.: ¿Qué diferencias hay entre El Espectador de hoy y El Espectador de hace 20 años?
J.S.: Pues las mismas diferencias enormes que hay entre los periódicos de hoy y los de dentro de 20 años, porque cada periódico tiene su época, el Internet acaba de nacer y eso va a transformar todo, dentro de 20 años los periódicos no van a tener nada que ver con los de hoy.
J.M.V.: ¿Pero cuál es la diferencia que más se marca, antes denunciaban más?
J.S.: No, sigue la misma norma de valentía periodística y profesional, pero con nuevas herramientas, como el Internet.
J.M.V.: ¿Cómo ve el periodismo de ahora?
J.S.: Está naciendo un nuevo periodismo, eso tarda mucho. Para hacer ese periodismo tan bueno que hubo el siglo pasado, nos demoramos entre todos 30 ó 40 años, entonces está en ese proceso.
J.M.V.: ¿En qué se diferencia El Tiempo y El Espectador?
J.S.: Han sido siempre muy diferentes, El Tiempo ha sido más interesado en lo económico y El Espectador más en lo intelectual y en lo periodístico. Son periódicos bastante diferentes, pero ambos en un plano muy grande y siguen siendo competidores pero distintos.
J.M.V.: ¿Qué palabras encajan para definir a Guillermo Cano Isaza?
J.S.: Un grande hombre, un gran mártir y un ejemplo para los periodistas actuales y futuros.
Fotos: ‘El Espectador’
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